viernes, 3 de agosto de 2012

Diego - Piedras Blancas 03-08-2012

Cena en Diego (Piedras Blancas - Castrillón)

En esta noche de Agosto, los integrantes de la peña gastronomita, nos dirigimos a la cabecera del concejo de Castrillón para visitar el restaurante Diego.
Al tratarse en fechas tan propicias para el asueto, fue difícil congregar a los miembros, acudiendo solamente ocho de ellos a la cita.

El restaurante se encuentra en los bajos de un edificio de viviendas en una zona céntrica, de presencia sobria y elegante en el exterior, cuenta con un interior donde predomina la madera y unas instalaciones correctas. Un acierto el techo pintado de rojo que unifica el espacio. El espacio para el comensal en  la mesa amplio y suficiente espacio entre los ocupantes del comedor  para preservar cierta intimidad.
Se sirve en este establecimiento un menú cerrado, que varia según temporada. Por lo tanto una vez en la mesa se nos informa del mismo, se elije el vino y comienza el servicio.
De entrante el menú contaba con Carpaccio de bonito con wasabi y salsa de soja. Un plato de temporada  donde el sabor del wasabi le daba un punto novedoso. A partir de aquí no hubo quórum sobre el plato, estando la predominancia del condimento no siempre al gusto de todos. A continuación se sirvió el pescado que consistía en Lubina Santurce sobre patatas rotas al aceite de arbequina. Un pescado correcto, de ración generosa y en su punto. La duda esta vez se centro en la preparación Santurce que se trata de un sofrito de ajo y guindilla, lo que le añadía picor al plato. Picor que podía estar más o menos al gusto de los comensales, pero que era evidente que venia detrás de otro plato con una especie fuerte y preponderante. ¿demasiada intensidad seguida?. Una vez dada cuenta del pescado se continua con la carne, Cabrito con Arroz cremoso de boletus, cabrito al horno acompañado de una guarnición de arroz en una salsa con sabor a hongos. El Punto de la carne correcto, pecando un poco de falta de temperatura, la guarnición bien. En general buen producto en los platos principales.
Como término el postre, formado por coulant con bola de helado, el coulant bueno a su debida temperatura con un helado correcto. Destacaba el bizcocho por encima del helado.
Los vinos elegidos fueron:  Blanco (un Rueda), Viña de Sopié. Correcto. Y un tinto, de la Tierra de Castilla y León, 2010, Avutarda. Que resulto complejo y curioso. Bueno.
A partir de aquí pocos chupitos y algún café.

Como visión general el restaurante sin sorprender en nada, ejecuta con corrección todo lo que presenta y hace apuestas en algunos de los platos , deja buena impresión general, un sitio en el que asegurar la velada.


Nota gastronómica:
Como notas al margen creemos necesario mencionar, por un lado el esfuerzo en el servicio del pan, se intento que al menos estuviese en condiciones, cosa que se hizo a través de un calentamiento en horno. Buen intento que se agradece, pero  en el momento que el calor desaparece deja desamparada a la corteza.

Por otro lado y entrando a valorar la vajilla y los cubiertos, que si bien hay que decir que fueron los mejores hasta el momento, sufrieron un problema de sabor residual en los cubiertos que pueden afectar a paladares sensibles, convendría que se vigilase en lo sucesivo.


Comensales
Carpaccio de bonito con wasabi y salsa de soja
Lubina Santurce sobre patatas rotas al aceite de arbequina
Cabrito con arroz cremoso de boletus
Coulant con bola de helado