viernes, 9 de noviembre de 2012

Sidrería Yumay 02-11-2012


Cena en Sidrería Yumay (Avilés)

La peña gastronómica de Valliniello elige este mes un clásico de la comarca de Avilés, la sidrería Yumay, en Villalegre. 

En esta ocasión aprovechamos la coincidencia con las jornadas del buey para pasar revista a un local en el que seguramente todo el mundo ha estado alguna vez.
Como sidrería de costumbre,  decoración austera y trato quizá también. Un personal clásico como el local y bastante sitio libre.
No tardamos en decidir, mayoría de menús con unos entrantes sencillos, langostinos y queso con anchoas y pimientos, algún descarriado le da a ...
No se nos puede olvidar el nuevo detalle del presidente, que hace un paréntesis en su ajetreada vida familiar para tomar asiento con nosotros a última hora. Aunque atropelladamente, no tenemos porqué verlo como una búsqueda de ese protagonismo que está perdiendo, sino más bien como un esfuerzo y un apoyo a la peña y a su discutido puesto.
Los entrantes en sí mismos no van a ser recordados mucho tiempo, de hecho yo los he olvidado ya, síntoma de que pasaron sin mucha gloria por la mesa. No vamos a pedir un exotismo o un plato elaborado por un batallón de cocineros (no era el caso, ni mucho menos), pero un pequeño esfuerzo al principio de la cena, la hubiera vestido un poco más.
Entre risas e indirectas los entrantes se esfumaron a pesar de todo y la carne fue depositada ante nosotros...

Se degustaron dos tipos de platos, por un lado lacón con grelos, con una preparación correcta, y un sabor que no quedará para los anales de la cocina gallega.

El plato mayoritario de carne fue,  como es evidente, el buey a la brasa. En principio hay que aclarar que el término carne de buey sufre un abuso desde hace muchos años, por lo tanto para no caer nosotros en ningún malentendido lo dejaremos en carne de vacuno mayor, para más información:
http://www.caney.es/2011/01/20/por-qu%C3%A9-decimos-buey-cuando-queremos-decir-vaca/

Pues bien, una vez aclarados conceptos, seguimos: se pidió la carne en distintos puntos de brasa, llegando a los comensales con una temperatura excesivamente baja, lo cual no permite saborearla con detenimiento. La calidad de la carne era buena. No teniendo nada que objetar al respecto.

Los postres estuvieron formados por frixuelos con nata y chocolate, el mayoritario, y helado. Los frixuelos necesitaban reforzar su sabor en la nata y el chocolate, cosa inquietante tratándose de un postre que normalmente por si solo tiene un sabor agradable.

El vino que se utilizo para aplacar la sed, fue un vino sin denominación de las tierras de Alicante, en este caso aunque nos gustaría olvidarlo, todavía permanece en nosotros su recuerdo. La ocasión era propicia para poner un vino que permitiese un maridaje más enriquecedor con la carne, seguro que hay vinos de calidad suficiente y a precio razonable para poder incluir en el menú.

Como colofón fuimos obsequiados con una degustación de Ron Zacapa, un elemento digestivo que tuvo desigual aceptación.

En resumen, una relación calidad-precio normal. Se esperaba más de esta visita y los resultados se quedaron en correctos.




Anchoas con queso y pimientos


Langostinos


Buey a la brasa

Frixuelos con nata y chocolate